martes, 6 de octubre de 2015
lunes, 5 de octubre de 2015
#Inktober Día cuatro
Lápices: Daniel Fuentes del Río. Tintas: yo mero. |
Ignoro si se podía entintar los lápices de otra persona, pero cuando vi este dibujo a lápiz hecho por mi hijo Daniel, pensé que sería buena idea para el #Inktober.
Mi buen amigo David Cándido me comentó que no había regla que impidiera entintar el trabajo de alguien más, porque el chiste es que el material tenía que ser original y personal. Y bueno, qué más personal y original que entintar el dibujo de mi hijo.
sábado, 3 de octubre de 2015
jueves, 1 de octubre de 2015
Le entraremos al #Inktober
El
caricaturista e ilustrador Jake Parker creó el reto Inktober en el 2009 como
una manera de mejorar su destreza en el dibujo y para formarse un hábito de
trabajo.
Actualmente,
muchos artistas hacen el reto de Inktober, que consiste en hacer un dibujo con
tinta al dia, durante el mes de octubre, y subir dicho dibujo a las redes
sociales que cada quien posea (página de Facebook, Twitter,
Instagram,Pinterest, blog,etc. etc. Por supuesto, con el hashtag #Inktober.
No
se tiene que ser dibujante profesional ni nada por el estilo para aceptar el
reto. Sólo es cuestión de tomar papel y plumas. Se vale hacer el dibujo a lápiz
primero como guía.
Y
ni siquiera tiene que ser forzosamente cada día de octubre, puede ser cada tres
días, o cada semana. El chiste es que se haga de forma constante.
Así
que en memoria de mi época de oro de caricaturista, subiré aquí lo que mi oxidada
plumilla vomite.
¡Vamos
pues!
viernes, 15 de mayo de 2015
El diablo de Hell's Kitchen
Normalmente
no me gusta sonar como viejito y salir con que “en mich tiempoch todo era
mejor”. Ni que no hay mejor época que los ochenta. Pero la evidencia es
palpable: la mejor época de los cómics fue dicha década. Al menos de el cómic
estadounidense por muchos elementos que no tiene caso mencionar aquí (eso ya
dará para otro post).
En esta
época, Frank Miller, un joven creador se hizo cargo de Daredevil, un título que
se acercaba peligrosamente a su cancelación. Miller empezó como dibujante del
superhéroe y luego pasó a ser coguionista (junto con Roger McKenzie), para más
adelante hacerse cargo del guión y dibujo. Su aportación gráfica es grande,
pero lo que nos atañe aquí es la aportación que Miller hizo al personaje a
través de sus oscuras historias.
Kingpin, el némesis de Daredevil. |
El
historietista colocó a Daredevil en el lugar del antihéroe y del vigilante. Sus
historias entraron en la categoría del crimen urbano, con un dejo de novela
negra. Miller convirtió a Kingpin, un villano menor introducido en las páginas
de Spider-Man, en el némesis de Daredevil y lo convirtió en uno de los
antagonistas más importantes del universo Marvel.
Por supuesto,
sobra decir que Miller salvó de la cancelación a Daredevil. La tonalidad noir
de sus historias sigue marcando el camino a seguir tanto para las recientes
aventuras del héroe en las páginas del cómic, como para la nueva serie de TV
transmitida recientemente por Netflix.
Con la clara
influencia oscura y violenta de Frank Miller, la serie Daredevil establece cómo
el hampa domina el barrio de Hell’s Kitchen en Nueva York. Drogas, tráfico de personas, asaltos y demás
asuntos criminales parecen apuntar a que hay una sola cabeza a cargo de todo.
En medio de todo esto, un misterioso enmascarado vestido de color negro golpea,
como en una guerra de guerrillas, distintos blancos de el bajo mundo. Y no lo
decimos sólo por metáfora, literalmente este justiciero muele a golpes a cada
escoria criminal. Al mismo tiempo, un par de jóvenes abogados acaban de
establecer un pequeño buffet. No son como el resto de los leguleyos, al menos
uno de ellos pretende en realidad dar la mano siempre al inocente. Se trata de
el ciego Matt Murdock (Charlie Cox) y Franklin Foggy Nelson (Elden Henson). Por
supuesto, es el idealista Murdock quien lleva la doble vida de vigilante por
las noches.
jueves, 16 de abril de 2015
Eso o la insoportable levedad de flotar
En muchos círculos intelectualoides se considera a Stephen King como un autor “de best-sellers”; peor aún, “de terror”. Así, con esas comillas despectivas. Y claro, algunas adaptaciones cinematográficas de sus libros no han ayudado a mejorar su imagen.
En fin, esos calificativos injustos
no puede haberlos acuñado más que alguien que jamás lo ha leído.
Por supuesto, Stephen King sí es un
autor de terror, pero él escribe sobre el miedo que va más allá del provocado
por un monstruo o un espectro (que sí los hay).
Distintas ediciones de Eso. |
En el pueblo de Derry ha habido
asesinatos de niños desde tiempos inmemoriales, el culpable parece ser una
especie de “payaso vampiro”, pero nadie se da cuenta. Ninguna persona,
especialmente aquellos que han vivido en el pueblo toda su vida, es capaz de
ver que, aún con pruebas documentales y por lo menos desde la Guerra Civil, el
mismo payaso se aparece cada vez que hay un hecho especialmente violento en
Derry. Que hay un ciclo de asesinatos de infantes que dura un año y medio cada
25 o 27 años y que siempre está el payaso ahí.
De manera magistral, King nos lleva
a distintas épocas, ya sea para darnos la historia de la violencia en Derry, ya
para mostrarnos el último y penúltimo ciclo de la muerte del payaso Pennywise,
estos últimos a través de los ojos de los siete protagonistas y su
enfrentamiento con el monstruo durante su niñez y 27 años después. Empero, King
no hace un relato lineal, intercala a la perfección cada tiempo de la historia
para conseguir sumirnos en un muy placentero terror.
King tiene la particularidad de
mirar en el lado oscuro del sueño norteamericano, que es en donde los monstruos
y otros terrores indecibles encuentran un perfecto caldo de cultivo. De ahí surgen los espeluznantes monstruos que pueblan sus historias.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)