viernes, 15 de mayo de 2015

El diablo de Hell's Kitchen


Normalmente no me gusta sonar como viejito y salir con que “en mich tiempoch todo era mejor”. Ni que no hay mejor época que los ochenta. Pero la evidencia es palpable: la mejor época de los cómics fue dicha década. Al menos de el cómic estadounidense por muchos elementos que no tiene caso mencionar aquí (eso ya dará para otro post).
En esta época, Frank Miller, un joven creador se hizo cargo de Daredevil, un título que se acercaba peligrosamente a su cancelación. Miller empezó como dibujante del superhéroe y luego pasó a ser coguionista (junto con Roger McKenzie), para más adelante hacerse cargo del guión y dibujo. Su aportación gráfica es grande, pero lo que nos atañe aquí es la aportación que Miller hizo al personaje a través de sus oscuras historias.
Kingpin, el némesis de Daredevil.
El historietista colocó a Daredevil en el lugar del antihéroe y del vigilante. Sus historias entraron en la categoría del crimen urbano, con un dejo de novela negra. Miller convirtió a Kingpin, un villano menor introducido en las páginas de Spider-Man, en el némesis de Daredevil y lo convirtió en uno de los antagonistas más importantes del universo Marvel.
Por supuesto, sobra decir que Miller salvó de la cancelación a Daredevil. La tonalidad noir de sus historias sigue marcando el camino a seguir tanto para las recientes aventuras del héroe en las páginas del cómic, como para la nueva serie de TV transmitida recientemente por Netflix.
Con la clara influencia oscura y violenta de Frank Miller, la serie Daredevil establece cómo el hampa domina el barrio de Hell’s Kitchen en Nueva York.  Drogas, tráfico de personas, asaltos y demás asuntos criminales parecen apuntar a que hay una sola cabeza a cargo de todo. En medio de todo esto, un misterioso enmascarado vestido de color negro golpea, como en una guerra de guerrillas, distintos blancos de el bajo mundo. Y no lo decimos sólo por metáfora, literalmente este justiciero muele a golpes a cada escoria criminal. Al mismo tiempo, un par de jóvenes abogados acaban de establecer un pequeño buffet. No son como el resto de los leguleyos, al menos uno de ellos pretende en realidad dar la mano siempre al inocente. Se trata de el ciego Matt Murdock (Charlie Cox) y Franklin Foggy Nelson (Elden Henson). Por supuesto, es el idealista Murdock quien lleva la doble vida de vigilante por las noches.


Tras varios encuentros con el hampa, resueltos en pantalla de manera magistral (baste mencionar aquella escena en la que Daredevil rescata un niño tras combatir a varios elementos de la mafia rusa en un solo plano secuencia), pronto los abogados y su secretaria Karen Page (una estupenda Deborah Ann Woll) descubren al hombre detrás del bajo mundo: Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio). Y es con la presentación de este personaje que la serie alcanza niveles de grandeza muy pocas veces logrado por otras. A lo largo de la temporada, se continúa presentando la historia personal de Matt y Foggy, pero también de Fisk; con lo cual nos damos cuenta que no se trata del típico Villano Reventón. Wilson Fisk verdaderamente cree que sus acciones son por el bien de Hell’s Kitchen. No hay mejor villano que uno con el cual el público puede tener empatía.
Los responsables de la serie, Drew Goddard al principio y Steven S. DeKnight después, logran hacer de los 13 capítulos que conforman la primera temporada un arco histórico redondo. No hay un personaje que no sea entrañable, ni un episodio que no sea memorable; hasta el mísmisimo Fisk puede provocarnos una lágrima de repente.
Por cierto, en la serie nunca se hace mención de los alias de los héroes y villanos que ahí aparecen (el sobrenombre de Daredevil sólo se menciona al final del episodio 13), y aún así, hay montones de referencias y guiños a personajes y momentos clásicos de Daredevil en las páginas de los cómics. Tocará a los verdaderos fans identificarlos.

Ya fue anunciada la segunda temporada de la serie, desgraciadamente no será Deknight quien lleve la batuta, pero si Doug Petrie, que estuvo en la producción de la primera temporada, mantiene el ritmo y tonalidad de la serie, auguramos otro gran éxito.

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