O como diría Joaquín Sabina, ya no cierro los bares. Todos adoramos beber, yo creo que es parte importante de nuestras vidas y particularmente siempre me cagaron los abstemios. Sin embargo, como a cualquier relación de tipo sentimental, la del alcohol va cambiando. He aquí las etapas que sesudamente he estudiado, según mi humilde experiencia:
1. La etapa inicial. Es cuando eres muy, muy joven; más que la bebida misma, lo que te embriaga es la euforia de que ya puedes beber y no tienes empacho en demostrarlo, claro la cruda moral y la sensación de que hiciste el rídiculo nadie te la quita. Aquí tu estómago es de hierro, tu paladar sólo conocía el sabor de lo dulce, y puedes beber cualquier cosa, desde ron y coca cola mezclados en enormes tinas (decirle cuba a eso es demasiado halagador) hasta caguamas calientes en la calle.
2. La etapa dorada. Bebes como si tu vida dependiera de ello, como lo más seguro es que seas estudiante, no te pierdes fiesta o salida con los amigos en donde corra con abundancia el alcohol. No sé si sea una cuestión de vigor por la juventud, pero la verdad es que rara vez te sientes realmente borracho, no importa cuánto bebas. En esta etapa, tu paladar empieza a encontrar su camino y ya sabes cuáles son los tragos que más te gustan. En mi caso, eran las cubas: ron, coca cola y siempre, siempre limón (si faltaba este último, todo se jodía para mí, hasta la pachanga misma). Claro, tampoco le haces el feo a marranillas como el Presidente o el Don Pedro; penitencia que el estómago pagaba al día siguiente, pero aún así ¿a qué horas nos vamos?
3. La etapa plateada. Se da en los últimos años de la carrera universitaria. Aquí todavía hay aguante, sin embargo el cuerpo empieza a dejar de responder como uno estaba acostumbrado, puede que la noche de farra bebas grandes cantidades de alcohol y parezcas fresco como lechuga, pero las crudas son cada vez más potentes. Me atrevo a decir que en ocasiones las crudas son excesivamente crueles, ni siquiera acorde con lo que tomó uno. Doce horas seguidas de beber y beber te pueden hacer mucho daño si sólo tienes un plato de Choco Krispis en la panza. Olvídate por supuesto, de mezclar bebidas durante una francachela, no pienses con “empezar” con cerveza y seguir con cubas, o tomar un trago de tequila si empezaste con micheladas, porque el efecto es devastador, como decía un cuate, puedes terminar cambiando de sexo.
4. La era actual. Después de varios años y con el cansancio de las diversas responsabilidades, ya saben, tener trabajo, llevar un hogar, etc., no puedes tomar ni siquiera una cerveza sin empezar a sentirte mareado. Tu cuerpo grita auxilio ante la posibilidad de emborracharte y te lo hace notar haciendo aparecer primero el dolor de cabeza antes que la sensación de ebriedad. La otra única bebida que soporta mi cuerpo, además de la cerveza, es el vino tinto, tomar algo más me provocaría congestión alcóholica además de que se detendrían mis funciones estomacales. El alcohol y yo entramos desde hace unos años a ésta que es la última etapa de la vida con él. Lo acepto con resignación y valentía. Por lo mismo, ya soy reteharto exigente, como dije antes, sólo tomo cerveza o vino tinto, y únicamente al calor del hogar, en compañía de mi mujer, con botanita o musiquita. Si es fuera de casa tiene que ser en algún lugar tranquilo que permita la charla, con jazz si se puede. Atrás quedaron los días de beber como cerdo, en el interior de un auto con miedo a que me cache la policía, o en un antro escandaloso donde tienes que gritar y tu bebida se evapora como el éter. Sí, no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después. ¿Ustedes en qué etapa andan?
Me gustaría opinar sobre el tema, pero no me gusta el alcohol.
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAA
OK, ya en serio: yo traía un "ritmo de juego" muy constante, hasta hace unos 6 ó 7 añitos. Mi grupo cercano de amistades estaba compuesto de 5 bebedores "serios" y una abstemia (mi mujer), así que una velada con cenita entre las tres parejas culminaba con un saldo rojo de 7 u 8 botellas de vino, más una merma impresionante a digestivos y aperitivos varios (Martinis, Sauternes, Oportos, Calvados, Camparis, Grappas, Ouzos, Acquavits) y un cerrojazo brutal con las mejores botellas que pudiésemos procurar para la ocasión: tequilas "de regalar", cognacs de reserva o algún "Glen", como dirían los conocedores del Scotch en "Swingers", usualmente Glenfiddich, Glenlivet o Glenmorangie. Todo usualmente coordinado al menú y época del año. Buenos tiempos, y soberbio aguante. ¿Y porqué no? Hasta algo de educación: aprender a distinguir buenas cosechas de las mediocres, favorecer ciertas uvas y/o mezclas, al menos saber qué implica echarse un trago de tequila para nuestra historia y la de nuestro país, vamos.
La cosa es que cuando me vine a vivir al gabacho la cosa cambió. Mi círculo social de borrachos profesionales se redujo drásticamente. Y lo peor es que, pese a la oportunidad de pedir botellas de excelentes vinos con la comida sin gran merma económica, no podía aprovechar la oportunidad, pues mi esposa se encontraba embarazada, sin licencia de conducir y yo tengo un pánico horrible a ser infraccionado por la policía gringa bajo los efectos del alcohol. Así fui perdiendo gradualmente mi condición etílica, al punto de que hoy día rara vez rebaso un "six" de chelas (bueno, excepto cuando el calor aperra) o la botella ocasional de tintorro, quizá con un aperitivo o digestivo de por medio.
¿Estaré por entrar a la cuarta etapa?
¡JAMAS!
Lo bueno es que mi vieja ya maneja. Me acabo de tronar una botellita de Shiraz con la comida, Monsieur Olivier, que no se la salta un canguro!
Y ya en casa, con el calorcito apretando, mi "copteil" favorito: Absolut Ruby Red, Triple Sec y Jugo de Toronja, seis hielos, en vaso de malteada: creo que lo voy a bautizar como el "Bienvenida Yo".
Felices *hic* Pascuas, chingao! Y viva el conductor designado /resignado /persignado... pero jamás consignado!
Bien por usted, chingao. Y con el calor que está pegando tan duro ahorita, hasta ganas me dieron de correr al Oxxo por unas chelas, desgraciadamente mañana hay que ir a trabajar y es lo que digo; tal vez me descuidé y la cuarta etapa me atrapó (nótese que nunca dije que yo la haya elegido en ningún momento).
ResponderEliminarSiempre le tuve respetillo al vodka pero ese trago tengo que probarlo alguna vez.
Un abrazo y ¡salú!
Jajajaja! por la narración!!! jajajja!!
ResponderEliminar..
..
..
Snif! por la reflexión... :(
Yo ando por la etapa plateada (aunque ya como tirando a su parte final): tan sólo de pensar en la cruda, tiene que ser muy buena la ocasión para que decida ponerme una pedota. Eso por no mencionar que ya con 3/4 de botella de vino termino durmiendo la mona..
Oh, que triste es la vida.. y todo esto de las etapas no creo que sea cuestión de edad (digo, pa que no nos sintamos rucos), sino de kilometraje etílico...
Si, me gusta que digas que es por "las responsabilidades"
Deja me voy a tristear con una sangría en lo que llego a la 4ª etapa..
Un abrazo y salú2!
Cada cierta cantidad de años encuentro una bebida que no me provoca crudas horribles y entonces me apego a ella. Durante mucho tiempo tomé caballitos de tequila mientras bebía cerveza (se lo copié a Marv y me sentía todo un cabrón). Con el tiempo las crudas se hicieron insoportables, y tras cambiar de whisky a vodka a tequila, me quedé finalmente con el mezcal. Si lo tomo en exceso me deja inconsciente pero despierto sin resaca. A ver cuántos años de bebedor me quedan.
ResponderEliminarTe entiendo, y fíjate que aunque ahorita estoy en mi zona de confort con la cerveza, mi paladar me pide otras bebidas. Desgraciadamente, el resto del cuerpo me dice que me quede con la cerveza. Algo aparecerá, a lo mejor el trago del finisimapersona (aparecido arriba) resulta ser la solución.
ResponderEliminarUn abrazo
Llevo 12 años crudo aproximadamente
ResponderEliminarhola .. Soy de Indonesia. lo siento, mi español es malo idioma. Me gusta tu artículo y quiero ser tu amigo. si quieres ser mi amigo, yo feliz. y espero que quieras visitar mi blog en la dirección indo-online y si quieres somethings sobre los blogs y los problemas sociales, se puede visitar en mi blog en blog rakyatindonesia y por favor dejar un comentario. si las dificultades en el lenguaje, puede usar google traductor para traducir mi post.thank 's amigos
ResponderEliminarJajajaja precisamente tengo una cruda de los mil carajos y buscando info sobre remedios potentes localicé tu blog. Creo que ando a la mitad de la etapa plateada, triste decirlo pero más aceptarlo jajaja. Por cierto la última fue cerveza, tequila y un vino de pasitas que estuvo de lujo pero ahora me mata aun a dos dias del acontecimiento. Alguna solución para quitar los efectos ???
ResponderEliminarHíjole mi estimado señor anónimo, fíjese que con el paso de los años he aprendido que cada química corporal es diferente y lo que alivia a unos, a otros los pone al borde del vómito.
ResponderEliminarUn mito que siempre escuché es que no podías comer hot cakes si estabas crudo, pero a mí me alivian bastante. La explicación consistía en que cuando uno toma el cuerpo pierde glucosa, que recupera al comer cosas dulces.
Otra cosa que me alivió un día como por arte de magia fue comer gorditas de chicharrón.
Salud y espero que se alivie pronto.