jueves, 1 de agosto de 2013

La última Cinemanía

Tal vez suene a cliché, pero cuando era niño, la película Superman (1978) se convirtió en un momento definitorio para mí. Desde antes de que la película se estrenara en cine, las fotos que circulaban por ahí me hicieron interesarme en ella y en el personaje. Supongo que por ese motivo pasaron la serie estelarizada por George Reeves en la tele. Sí, aquella donde el doblaje tenía acento latinoamericano y “Súperman” lo acentuaban en la u. Por supuesto, pronto la serie se convirtió en insuficiente para mí y entonces empecé a pedir a mis papás que me compraran los “cuentos” de Superman de Editorial Novaro, pero esa es historia para otro post.

En fin, el ver la película sólo comprobó que tanto el cine como Superman (léase cómics) siempre formarían parte de lo más profundo de mi ser.
Desde entonces me gustó ver cuánta película podía, si iba a haber algún estreno, yo trataba de saber lo que más podía de éste, todo de una manera muy primitiva por supuesto, porque no había realmente medios especializados y la información que ofrecía la televisión al respecto no llenaba mis expectativas. Claro, ni aún en mis sueños más fumados, imaginé jamás que me dedicaría a especializarme en cine y cómics, ni siquiera cuando entré a estudiar la carrera de Periodismo, ni mucho menos que en algún momento podría vivir de ello.

Durante los estudios de Periodismo, me había iniciado también como caricaturista, pero mi camino laboral se fue haciendo cada vez más inestable e insostenible. En el lejano 1998 ya estaba por tirar la toalla de la caricatura, cuando fui a las oficinas de Cinemanía, que en aquel entonces estaban en Andrés Bello #47, enfrente del Auditorio Nacional. Me recibió Paco Cuevas y vio las porquerías que yo llevaba para demostrar que en Cinemanía podía hacer la caricatura de algún actor o director, y también ilustrar artículos o una que otra sección; muy al estilo de las ilustraciones de la revista Entertainment Weekly (según yo, claro). Y para mi sorpresa, mis caricaturas encontraron su lugarcito en la publicación.


Necesitado de más ingresos, pedí a Paco la oportunidad de cubrir cosas para la revista, como había hecho mis pininos escribiendo en la H. Revista de Revistas del periódico Excélsior (sí, artículos de cómics), pensé que no sería tan difícil. Aún así, no bastaba; mi amada esposa Taydé, consciente de que se “me daba” esto de los cómics, me sugirió que presentara la propuesta de una columna referente a éstos en el cine.
Paco la aceptó gustoso, pero el primer año mi columna se publicó sólo en tres números. Poco después, vinieron cambios en la revista, Leslie Faschtlit me dijo que ya no habría caricaturas, pero que me invitaba a continuar escribiendo. Yo acepté y entonces tiré definitivamente la toalla de la caricatura. Pero fue por una buena causa.


Una de las coberturas que más me gustaron.
Ya cubría filmaciones de cortometrajes, festivales de cine, entrega de los Arieles, etc., cuando vinieron las películas de X-Men y El Hombre Araña; mi columna se publicó desde entonces casi en cada número y sabiendo Jacqueline Waisser, que entonces era la editora de Cinemanía, y las hermanas Fastchlit que esto de los cómics “se me daba” (otra vez), me convertí en el especialista del tema de la revista y por supuesto, tuve acceso a cubrir todos esos filmes y muchos otros más de primera mano. Jackie me envió a mi primer junket* a Los Angeles a cubrir una película de vampiros; no recuerdo el título exacto, era de bajo presupuesto y la premisa del filme era muy interesante porque manejaban el vampirismo más como una enfermedad que como producto de algo maligno. Claro, estamos hablando de una era antes de que la saga Crepúsculo echara todo a perder.

Mi estadía en Cinemanía me permitió viajar, conocer de primera mano a muchos actores y directores, algunos incipientes, y otros ya consagrados. Pude conocer los sets de filmación y la manera en que se elabora una película en el mismísimo corazón de Hollywood. Conocí a muchas personas y lugares que vuelven loco no sólo al cinéfilo, también al geek de cómic y la animación: los estudios Disney, Pixar, DreamWorks Animation, Blue Sky, Sam Raimi, ¡Matt Groening!, Christopher Nolan, Gary Oldman, Christian Bale, Bryan Singer, Bruce Willis, Sylvester Stallone y muchas personas y lugares más que ahorita se me escapan. El pináculo fue cuando me encontré en los estudios Fox de Sydney, Australia, en la explanada del diario El Planeta, para atestiguar un día de filmación de Superman Regresa. Mi personaje favorito desde que era niño y que había iniciado todo.

La última Cinemanía, niños.
Ahora tengo en mis manos la última revista Cinemanía; después de 17 años de vida, de cambios de oficina y de dueños. Cinemanía se acabó por decisiones empresariales y corporativas que nadie entiende, al menos yo y no es mi intención descifrarlas aquí. Esta es la revista que en este mismo espacio llamé varias veces como “la revista de cine en donde trabajo”. La verdad es que cuando inicié el blog, no quise mezclar mi vida laboral con éste y por eso le decía así. Tonto de mí, debí llamarla por su nombre, ya que Cinemanía, como el cine, era una parte muy importante de mi vida.
Ahí aprendí mucho y creo que hasta entonces, supe cuánto podía entregar con mi pasión por el cine y los cómics.
Quedaron muchos pendientes en el tintero, una entrevista de semblanza a Alfonso Cuarón que, según yo, había quedado muy chida y el apoyo a proyectos como el documental que de Editorial Novaro realizaba el cineasta Andrés Pardo, entre muchos otros. Ya no podrán seguir, ojalá y que por lo menos este último pueda mudarlo de foro.

No queda más que agradecer a las personas que me abrieron sus puertas, que creyeron en mí y me brindaron su apoyo. Gracias Leslie y Michelle Fastchlit, Paco Cuevas, Jacqueline Waisser, Daniel Ritz, Sergio Kravetz y Ary Snyder. A quienes fueron mis compañeros en Cinemanía, Ana Paula, Rocío, Saúl, Humberto, Tania, Ady, Flor, Andrés, Eugenia, Karina, Loredana, Alma, Cheryl, Dolly, Alejandra, Arturo, Juanita, Rafa y Chucho.
Las amistades nacidas durante este periodo son también invaluables para mí: Hugo Lara, Jaime Ramírez, Carlos Gómez, César Albarrán, Mauricio Matamoros, Alejandro García W, Carlos del Río, Hernán Alcerreca, Antonio Camarillo, Antonio Ponce, Luis Miguel Cruz, Vanesa Gutiérrez, Juan Marcos Sánchez, los Jorges, Avila y Tovalín, Alberto Rojas y un larguísimo etcétera (no quiero ofender a nadie por no incluirlo aquí, pero es que son tantos nombres, por favor siéntanse libres de reclamarme).
Me quedan puras cosas buenas, tanto para mí como para mi familia, ahora no queda más que seguir hacia adelante y sacar provecho de lo aprendido. Muchas gracias de verdad, Cinemanía, a ti y a tu gente por los invaluables favores recibidos.


*Glosario: Junket (llunquet). Dícese del evento donde varios periodistas entrevistarán, en el caso de la fuente de cine, a varios integrantes que participaron en una película, pueden ser director, actores, hasta gente de fotografía y/o efectos especiales. Normalmente la productora o agencia de relaciones públicas junta a todas las personas en un lugar que casi siempre es un hotel muy poppof. En la película La pareja del año lo traducen como “el agasajo para la prensa”.

6 comentarios:

  1. Primero que nada, mucha suerte en lo que siga, el éxito vendrá por el conocimiento y lo tesonero que eres, mi estimado.
    Segundo, siento decirte que a mi nunca de los nuncas me ha llenado el personaje de Superman como a ti, pero entiendo que estes infectado desde la primer peli de aquella saga.
    Tercero, muero de envidia por algunos de los personajes que conociste!!!!
    Cuarto, en la melosa y divertida Nothing Hill con Hugh Grant y Julia Roberts, podemos atestiguar lo que es un Junket en la secuencia en que Grant se hace pasar por periodista de una revista que, si mal no recuerdo, se llama Hounds & Horses....
    Lalo

    PD me tienes que dar unas lecciones de diseño bloguero...

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    1. ¡Cierto! No me acordaba que en Noting Hill también aparece un junket. Claro, jamás en la vida pasará lo que ahí (que le den una entrevista exclusiva a un medio como Hound & Horses y que la actriz se enamore del entrevistador).
      En cuanto a las lecciones de diseño, pues fíjate que a duras penas medio le entiendo, pero el sistema de Blogger es más fácil ahora que hace tres años, así que nomás es cosa de entrarle y estar apretando botones.
      Un abrazote.

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  2. Una muy buena reseña para despedir a la revista que te dio tantos buenos y malos momentos, como ocurre siempre, con las cosas que valen la pena en la vida.
    Yo he podido atestiguar el crecimiento personal y profesional de tu persona y en definitiva si podemos hablar y mucho sobre la transformación que sufrió un joven monero con el paso de los años hasta nuestros días, y sin temor a equivocarme, la madurez (tenemos q ponerle algún nombre no?) que has logrado, el profesionalismo que siempre has tenido pero que hoy se percibe a simple vista, y la experiencia que has adquirido, han forjado un nuevo tú. Quizá no mejor porque siempre has sido bueno, pero en definitiva mucho más pulido!!!

    Te quiero y te deseo mucha suerte en la próxima etapa de tu vida, que estoy seguro será mucho mejor!! Mucha luz mi querido amigo!!!

    Beto Salazar

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    1. Muchas gracias, mi Beto. Te agradezco mucho tus palabras y también te doy las gracias por ser mi amigo y estar ahí durante tanto tiempo.
      Un abrazo.

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  3. Amor: Qué te puedo decir. Me mencionas aquí, pero yo nomás te encaminé... todo lo demás lo trazaste tú con amor y esfuerzo... y eso es lo importante, Olivier. El amor y la capacidad de luchar siguen contigo. Se acaba Cinemanía y es realmente triste, pero tú sigues siendo el mismo talentoso periodista de cine y de cómics, que seguramente encontrará otro espacio donde desarrollar su talento.
    Yo me uno, asimismo, al agradecimiento a todas las personas que mencionas... porque quien te quiera y te impulse siempre será mi amigo.
    Te amo y creo en ti

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    1. Amor: Me encaminaste, pero bien que te costó trabajo, por lo terco que soy, je je. En cuanto a la capacidad de luchar, ésta es gracias a ti, que eres mi motorcito.
      Te amo mucho mucho mucho.

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