jueves, 12 de noviembre de 2009

Breves laborales


Consciente de que su trabajo pendía de un hilo, decidió que no se iría de ese caprichoso corporativo sin sacarles una computadora. Pensó que el robo hormiga era la mejor opción, por lo que ese día se llevó a su casa la tecla Ñ.


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Se conocieron trabajando en el mismo proyecto, pronto se enamoraron. Tras verse de lunes a viernes de 9:00 a 6:00 durante dos años, se casaron. Cuando cruzaron el umbral de su casa se dieron cuenta que lo único que tenían en común era la oficina.


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El nivel de horas de ocio será proporcional a la chinga que vendrá después.


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Las horas de chinga no serán proporcionales a las horas de ocio que pudiera haber luego.


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Como a las 10 de la mañana, Jesús Horcasitas empezó a llorar en su cubículo. El ruido de los sollozos fue envolviendo, poco a poco, a toda la oficina.

- A lo mejor se está separando.

Pero no tenía esposa, al menos nadie lo sabía a ciencia cierta.

- O se pasaron sobre él para ascender a alguien más.

Pero no había habido ninguna promoción recientemente.

- A lo mejor se enteró de que lo iban a correr.

Pero no había ninguna ola de despidos planeada.

- O se le murió alguien. O una mascota.

A lo largo del día, todos los empleados estuvieron especulando por el motivo del llanto. Sin embargo, nadie se atrevió a enfrentar a Horcasitas directamente. "Que le pregunte Chayito, como es mujer es más fácil". "Es que yo apenas lo conozco". "No he hablado con él más que de cosas de trabajo".

Cerca de la tarde, el problema se solucionó. Jesús Horcasitas siguió llorando desconsoladamente, pero todos sus compañeros de piso decidieron ponerse sus audífonos.

(Crédito a quien crédito merece. Minihistoria prácticamente copypasteada de aquí)


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¿Alguna vez inventarán las juntas que duren sólo 15 minutos?


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El primer síntoma fue una pequeña comezón en las nalgas. Con el paso del tiempo, la molestia fue creciendo hasta que se dio cuenta que un número de inventario y un código de barras le habían aparecido en salva sea la parte. “No puedo ir al doctor ahorita”, pensó mientras se sentaba ante su pantalla. “A ver si puedo el sábado”.


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Si se descompone alguna máquina o mobiliario a tu cargo, aunque no sea tu culpa... será tu culpa.


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Luchita, la de contabilidad, rechazó sus intenciones amorosas.

Debido a una arbitraria medida, (el jefe de marketing quiso inciar sus vacaciones antes de lo esperado), Juanito Bueno tuvo que trabajar el feriado y hasta medio día del siguiente sábado.

Una nueva medida de seguridad de la compañía indicaba que todos deberían portar su gafete en una banda atada en el antebrazo (por favor, no abajo del codo). Las bandas pueden adquirirse por $50 en Recursos Humanos.

¿Cómo es entonces que Juanito Bueno está todos los días en su escritorio con una amplia sonrisa? Nunca lo sabrás, a menos que entres al baño de ese piso. En la puerta del último cubículo, con letra temblorosa y tinta negra permanente puede leerse: "Luchita es bien puta, le gusta por delante y por atrás", "Al mero mero de marketing le gustan los hombres", "Sus medidas de seguridad me las paso por los güevos".



Tiras de Dilbert, de Scott Adams.

domingo, 16 de agosto de 2009

Ni hablar, seré Memelovsky


No soy fan de hacer memes, pero coincido con el maestro Toño en que te pueden librar de la tarea de buscar un tema digno de postear. Éste se trata de lo siguiente, tienen que contestar estas preguntas pero utilizando sólo títulos de canciones de un sólo cantante o grupo, el de su elección.

Antes de contestar el mío, voy a encomendar esta misión a mi mujercita, al Lex, al maestro Matamoros, al Niño (felicidades por su boda), a Isaura y al Rufián Melancólico. A otros cuates de este bló: lostprophet, mr. blue, y si perteneces al selecto círculo de cinco lectores de este espacio y se me olvidó mencionarte, también. Ruys, Macho Cabrío, Densho y Wookie, si se dejan caer por aquí, no se hagan güeyes y contesten.

Nomás no sean gachos y pongan en los comentarios el link de su blog una vez que la misión haya sido cumplida.

Artista: Joaquín Sabina.
¿Eres hombre o mujer?: Ciudadano cero.
Descríbete: Peces de ciudad.
Cómo te sientes: Nacidos para perder.
Dónde vives actualmente: Donde habita el olvido.
Si pudiera ser otra persona: Yo quiero ser una chica Almodóvar.
Forma de transporte favorita: Por el bulevar de los sueños rotos.
Tus mejores amigos son: Mi amigo Satán.
Tu color favorito es: Negra noche.
¿Cómo está el clima?: Llueve sobre mojado.
Momento favorito del día: Y nos dieron las diez.
Si tu vida fuera un programa de tele, cómo se llamaría: El blues de lo que pasa en mi escalera.
Qué es la vida para ti: La vida moderna.
Tu relación: Besos con sal.
Buscando: Cuando era más joven.
No me importaría: Adivina, adivinanza.
Tu miedo: Besos de Judas.
Cuál es el mejor consejo que puedes dar: Cómo decirte, cómo contarte.
Si pudieras cambiar tu nombre, ¿cuál sería?: Eh, Sabina.
Pensamiento del día: Ponme un trago más.
Cómo te gustaría morir: ¿Hasta cuándo?
Condición presente del alma: Qué demasiao.
Mayor secreto: Como te digo una “co”, te digo la “o”
Mi lema: Semos diferentes.

lunes, 10 de agosto de 2009

La buhardilla del bolsón

Está bien, sí, soy un blogger terrible. He visto los blogs de otros compañeros y amigos y todo mundo postea más seguido que yo. ¡Pero se acabó! Prometo solemnemente que a partir de ahora postearé más seguido.

¿Que qué tan seguido? Bueno, pues no sé, cada dos o tres días sería lo ideal, en realidad, diario sería lo ideal, si aspiro a vivir de esto cuando los medios impresos hayan desaparecido, para lo cual no falta mucho (léase con voz de Ent). Pero a veces, el diario llegar a mi casa con pasos tambaleantes y la vista nublada no lo permiten.

Cada fin de semana, ¡eso es! son los días para mí solito, en que puedo debrayar y escribir lo que se me jinchen sin las cortapisas de los medios impresos; ideal para éste y el otro bló en el que participo… pero la mayoría de los fines de semana estoy tan abotagado por la compu que si me asomo a ver el feisbú (que suele estar de güeva) ya es ganancia, normalmente todo lo que quisiera es llenarme la cabeza de chelas. No, no puedo comprometerme a cada fin de semana, no por ahora.

Cada quince días, un fin de semana descanso y otro le meto a los blogs. Aunque ¿qué es esto? Ya visto así, parece una maldita obligación más y el chiste del blog es que sería un sitio de sano esparcimiento, terapéutico, donde poder compartir mis pensamientos cuando esté inspirado y tenga ganas de escribir, etcétera, etcétera. No; me voy a sentir como si fuera revista quincenal y para matarme ya tengo a la oficina, gracias.

Bueno, cada tres semanas, así no hay presión, y aunque sea mantengo la cuota de dos posts por mes. Más o menos, lo malo es que así voy a perder la cuenta… “¿Me tocaba post este fin de semana o el que viene? Para estar más seguro, que sea el siguente del que viene”. No, no es funcional y menos si siempre he sido malo para tener y marcar calendarios cerca de mi lugar. ¿Una alarma en la compu? Por favor, ¿quién las escucha o les hace caso?

Ya está: cada mes. Después de todo, hace un mes escribí el último ¿no? Ahistá, la muestra de que esté bló tiene continuidad. ¿Que ése era el problema inicial? Sí bueno, pero ¡está bien! soy un guevón. Y ultimadamente, si quieren leer posts nuevos, muevan su trasero por la red, hay muchísimos, aquí en el blogroll hay varios de gente que aparentemente es menos bolsona que yo.

Así que, nos veremos en un mes… o cuando me dé la gana.

Ilustración tomada de la portada de The megalomaniacal Spider-Man, de Peter Bagge.

jueves, 2 de julio de 2009

Una sonrisa


Cuando la conocí, me acerqué a ella y le ofrecí los apuntes de lo que llevábamos hasta ese momento en la clase. “Acabo de llegar, es la primera clase del primer día de clases, sólo lleva 8 minutos desde que empezó, ¿cuánto se figura este ñoño que me puedo estar perdiendo de esta interesante clase?”, pudo haber pensado ella. Pero no fue así (al menos no me lo ha confesado todavía), me regaló una sonrisa (la misma de la foto) y me dijo que gracias. Ella era Taydé; en ese entonces yo no lo sabía, ni siquiera me lo imaginaba, pero se convertiría en mi esposa, la mamá de mis hijos y la única mujer de mi vida.

Taydé y yo nos hicimos muy buenos amigos, yo podía platicar muy a gusto con ella de cosas que compartía con muy poca gente; nuestro gusto por la literatura y nuestra concordancia con las ideas de izquierda (de hecho, ella fue la primera persona a la que le dije que yo era de izquierda sin que me viera como a una mosca aplastada en la pared). De esa etapa puedo decir que ni siquiera con mis amigos me sentí así de, digamos, suelto y lleno de confianza.
En el tercer semestre de la carrera, ella le confesó a sus amigas que yo le gustaba, sin embargo no quería hacer nada por miedo a perder nuestra amistad. Claro, ellas juraron que yo no me enteraría… pero no el resto del salón. Gracias a las discretas pesquisas de sus amigas (que ahora también son mías), yo sólo fui el último del grupo en enterarme. Pero cuando lo hice, recibí una gran sacudida, pensé “¿yoo?, pero si yo no he hecho nada para gustarle”. Por supuesto que físicamente me gustaba mucho, imaginen, de tipo mulata y con unas impresionantes curvas, tanto que desde el principio la consideraba fuera de mi liga y por ello sólo la consideré como amiga. Y me sentí como la canción de Santa Lucía, “la primera vez pensé se ha equivocado, la segunda vez no supe qué decir, etc etc”. Ahora me arrepiento de lo mal que la hice pasar en lo que yo me tomaba mi tiempo para procesar la información, mi reacción inicial fue “debo decirle que sea mi novia antes de que cambie de opinión”, pero lo que me hizo detenerme fue, igual que le pasó a ella, la idea de regarla y perder nuestra amistad para siempre; eso simplemente me paralizó de terror. Al final, me di cuenta que por primera vez tenía la oportunidad de ser pareja de alguien que primero era mi amiga; segundo, me gustaba mucho estar con ella y cómo cereza del pastel, me gustaba (¿pero cómo pude tardarme tanto, mimismo de 1992?). Eso me hizo declararme y preguntarle si quería ser mi novia (bueno, eso y el hecho de que verdaderamente la estaba perdiendo, ya mero no llego).

No fui ningún novio ejemplar, una infancia deteriorada por nueve años en escuela de varones dieron como resultado mi fuerte encontronazo en el mundo de los hombres y las mujeres (en el mundo real, pues), que a su vez dio como resultado una frustrante serie de intentos fallidos por establecer distintas relaciones durante la prepa (ahora que lo pienso, ahí va un consejo para futuros ligadores: nunca pretendan interesar a las mujeres con sus conocimientos sobre comics). Por lo tanto, cargaba una serie de vicios y faltas de tacto para con el sexo débil (parafraseando a Los Burrón); así que básicamente yo era un troglodita. Un repentino viaje a Las Islas Canarias me hizo darme cuenta que amaba a Taydé, y que no soportaba estar lejos de ella mucho tiempo. El resto como dicen, es historia.

Ahora me doy cuenta que mi mujer ha tenido paciencia de santo conmigo, me esperó un largo trecho antes de que yo decidiera dar cada paso esencial en nuestra relación. Comprendo que debe ser bastante desesperante, a mi favor puedo decir ¿qué importa esperar un poco más si a fin de cuentas es para pasar más tiempo juntos? Al final, en medio de baches y malas rachas que hemos tenido, de caídas y levantadas, su sonrisa, aquella misma que me dedicó cuando le hablé por primera vez, está ahí, siempre se me aparece y me hace sonreír también. Y entonces, concuerdo con Melvin Udall en Mejor imposible: “Darías la vida sólo por hacer sonreír a esa mujer”.

domingo, 21 de junio de 2009

Porqué no voy a votar


La falta de una ideología pura o de líderes que representen ideales concretos ha llevado a la generación X a adoptar posturas o activismos superfluos e intrascendentes, como actuar en pro de los “derechos” de los animales, el ecologismo, el vegetarianismo o el “deporteismo”. Una de las posturas que está de moda es la del “Yo voy a anular mi voto”, promovida por el Partido Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y otros dignos representantes del actual sistema electoral.
Yo cometí una felonía y me robé vilmente esta mini historieta del blog del buen Bef. Los siniestros motivos del porqué quieren estas finísimas personas que uno vote están perfectamente bien explicados, pero yo no comulgo con la conclusión de dicho cómic.




Yo simplemente NO voy a votar; sí, leyeron bien, no dije anular el voto. Dije no voy a votar. Tengo varios tipos de motivos para exponer esta posición (si alguien también la quiere considerar light, pues adelante):

1. No hay nadie que represente a nada en lo que yo crea o lo que yo podría apoyar. ¿De que se va a tratar? ¿De votar entonces por el que parezca menos ratero? Eso no es democracia.
2. El partido que antaño estaba más cercano a representar mi ideología se ha revelado como una cueva de bandidos y de chaqueteros que cambian de posición al mejor postor. Dice el comic de Rius que te fijes bien “quienes no son Chuchos”, ¿y si en la planilla de mi colonia resulta que todos son chuchos? Y aunque no lo fueran, ¿quién me puede asegurar que en el futuro no se van a vender como lo hizo el mismo Chucho y los supuestos dirigentes de dicho partido?
3. Naturalmente, los de siempre no son opción.
4. No voy a hacer cola en ninguna urna para dar la preciosa imagen de que no hay abstencionismo en el país.
5. La posición de moda, empero, es la de anular tu voto “pa’ que los políticos sepan que estás retebien encabronado”. Pues resulta que mi encabronamiento no es sólo contra los políticos, es también contra la institución encargada de promover y vigilar las elecciones que, desde las pasadas, cuando legitimó el triunfo de un candidato con números muy oscuros y poco confiables, es evidente que está corrompida hasta el tuétano. Como estoy encabronado contra los políticos, pero también contra esas instituciones, no les voy a hacer el caldo gordo formándome afuera de la urna ni “anulando” mi voto. Como de todas maneras van a repartirse el pastel entre el PRI, el PAN y migajas que le tocarán al PRD, por lo menos que tengan problemas para hacerlo con 5 votos en cada urna y tratando de explicarles a observadores internacionales los “triunfos” que hubo sin ninguna persona votando.
6. El motivo más radical: Actualmente detenta el poder ejecutivo una persona que no ganó la elección presidencial, él es quien está convocando a estas elecciones. Participar en estas elecciones es legitimar a ese espurio, así que… no.

Lo que los políticos realmente temen, no es al voto en blanco (si ellos mismos lo están promoviendo, ¿hay algo más surreal que esto?, ni a Saramago se le hubiera ocurrido). Lo que los tiene preocupados es el abstencionismo; el que no haya gente en las urnas es lo que los pondrá a parir chayotes.
Así que empero, como no hay políticos decentes, como no hay instituciones confiables, me veo obligado a tomar la dolorosa decisión (desde que tengo la mayoría de edad he votado) de no participar en su circo. Tal vez no sea la mejor opción, pero creo que con mi granito de abstencionismo ayudaré a poner en evidencia la farsa que son estas elecciones.
PD: La caricatura que abre, de El Fisgón, está tomada de La Jornada.

sábado, 6 de junio de 2009

Los 50 (y uno) de Mortadelo

El año pasado se celebró el 50 aniversario de Mortadelo y Filemón, una de las historietas más populares de España. Yo me los topé a la edad de siete años, cuando Editorial Bruguera, que entonces existía en nuestro país, decidió adaptarlo al lenguaje mexicano y publicó su comic Mortadelo. Para quienes no lo conocen diremos que el cómic es de corte humorístico, Mortadelo y Filemón son dos agentes secretos al servicio de la T.I.A. (Técnicos en Investigación Aeroterráquea) que logran cumplir las misiones que les asignan a duras penas y con resultados bastante desastrosos.
Dicha historieta me cambió la vida, yo ya había leído a Superman (en Editorial Novaro, notarán que hablo del año del caldo) y otros comics que no eran de superhéroes, pero Mortadelo me atrajo fuertemente. Me encantaba su sentido del humor, su irreverencia y su tendencia a romper los convencionalismos que hasta ese momento me eran familiares en otros comics. El estilo de dibujo me influenció a tal manera que me llevó a creer que yo podría hacer algo así algún día y vivir de ello. Hasta la fecha sigo dibujando las manos y las suelas de los zapatos igual que lo hiciera su creador, Francisco Ibáñez.

Mortadelo y Filemón, Agencia de información se publicó por primera vez en 1958, en el número 1394 de la revista Pulgarcito. En aquel entonces los personajes eran una parodia de Sherlock Holmes y eran detectives independientes, siendo Filemón siempre el jefe de Mortadelo, quien, desde su primera aparición, es experto en disfraces. Ibáñez, señala haber sido siempre fanático de los cómicos del cine, como Abbot y Costello. En aquel entonces las historias, que constaban de una página, se planteaba con un asunto a resolver por los detectives, después surgía alguna confusión o complicación y los personajes terminaban, si bien les iba, buscados por la policía. Tanto Ibáñez, como otros autores de historieta de la época, tuvieron que sortear muchos intentos de censura por parte del franquismo.



En 1969 ocurrieron varios hechos importantes: Mortadelo y su jefe se volvieron agentes secretos al servicio de la T.I.A., con lo que llegaron nuevos personajes como el superintendente Vicente (el súper), jefe de ambos; y el profesor Bacterio, una especie de Q, pero siempre con inventos que resultaban en perjuicio de su usuario. Además se publicó su primera aventura larga, El sulfato atómico, en la colección Ases del humor de Editorial Bruguera.
La historieta dio así un cambio importantísimo, le permitió a Ibáñez presentar una serie de gags visuales y lingüísticos a lo largo de una sola aventura. Ya para los años 70, con varias aventuras publicadas, Mortadelo se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos para su editorial, y además se convirtió en el equivalente de lo que en Francia era Astérix.
La verdadera internacionalización se dio cuando los despistados agentes viajaron a Argentina en Mundial 78; a partir de ahí se convirtió en tradición que ambos personajes estuvieran presentes en cada Mundial y Olimpiada para impedir algún complot mundial (y de paso, echar a perder cada evento deportivo).
Con el paso del tiempo, y ya sin las restricciones del franquismo, la historieta fue madurando, además del natural desarrollo del estilo de dibujo de Ibáñez (con ayuda de numerosos colaboradores, por supuesto), se añadían comentarios y gags de índole político, así como burla y caricaturas de los políticos de actualidad. Así, de enfrentarse al ficticio dictador Bruteztrausen de la República de Tiranía y a organizaciones enemigas como la S.O.B.R.I.N.A. o la A.B.U.E.L.A.; pasaron a mostrar a Jordi Pujol, Maragall, Serra y Felipe González pelearse por el sillón principal en las Olimpiadas de Barcelona.
Aunque es muy difícil que lleguen a México (de repente se pueden encontrar en alguna librería o local cerrado), la mata sigue dando y siguen publicándose aventuras de los dos infames agentes secretos.

Por supuesto, España también siguió el boom del comic al cine, y la popularidad de Mortadelo ha dado dos películas con acción real: La gran aventura de Mortadelo y Filemón (2003), la cual ha sido una de las más caras películas españolas por sus efectos especiales y una secuela, Misión: Salvar la Tierra, que se estrenó en España justamente el año del 50 aniversario de este par. Ojalá alguna distribuidora, por lo menos de video, se anime a traer dichos filmes algún día.
Si se quieren dar un quemón, chequen este documento de hace 25 años que me hizo llegar el maestro Mauricio Matamoros.
Vaya este texto como una celebración tardía del 50 aniversario de este par.



La revista donde chambeo publicó una versión muy corta de este artículo, lo tuve que cortar por cuestiones de espacio; pero hubo cosas que necesitaban ser dichas y decidí tomar la versión que salió primero y arreglarla un poco para este post. Justo cuando estaba pensando eso, además, llegó el mail del Mauricio con esa retrospectiva de los personajes (un abrazo). Así que una vez lanzado el texto a la luz, presento aquí la versión del director.

domingo, 12 de abril de 2009

Ya temo las crudas

O como diría Joaquín Sabina, ya no cierro los bares. Todos adoramos beber, yo creo que es parte importante de nuestras vidas y particularmente siempre me cagaron los abstemios. Sin embargo, como a cualquier relación de tipo sentimental, la del alcohol va cambiando. He aquí las etapas que sesudamente he estudiado, según mi humilde experiencia:
1. La etapa inicial. Es cuando eres muy, muy joven; más que la bebida misma, lo que te embriaga es la euforia de que ya puedes beber y no tienes empacho en demostrarlo, claro la cruda moral y la sensación de que hiciste el rídiculo nadie te la quita. Aquí tu estómago es de hierro, tu paladar sólo conocía el sabor de lo dulce, y puedes beber cualquier cosa, desde ron y coca cola mezclados en enormes tinas (decirle cuba a eso es demasiado halagador) hasta caguamas calientes en la calle.
2. La etapa dorada. Bebes como si tu vida dependiera de ello, como lo más seguro es que seas estudiante, no te pierdes fiesta o salida con los amigos en donde corra con abundancia el alcohol. No sé si sea una cuestión de vigor por la juventud, pero la verdad es que rara vez te sientes realmente borracho, no importa cuánto bebas. En esta etapa, tu paladar empieza a encontrar su camino y ya sabes cuáles son los tragos que más te gustan. En mi caso, eran las cubas: ron, coca cola y siempre, siempre limón (si faltaba este último, todo se jodía para mí, hasta la pachanga misma). Claro, tampoco le haces el feo a marranillas como el Presidente o el Don Pedro; penitencia que el estómago pagaba al día siguiente, pero aún así ¿a qué horas nos vamos?
3. La etapa plateada. Se da en los últimos años de la carrera universitaria. Aquí todavía hay aguante, sin embargo el cuerpo empieza a dejar de responder como uno estaba acostumbrado, puede que la noche de farra bebas grandes cantidades de alcohol y parezcas fresco como lechuga, pero las crudas son cada vez más potentes. Me atrevo a decir que en ocasiones las crudas son excesivamente crueles, ni siquiera acorde con lo que tomó uno. Doce horas seguidas de beber y beber te pueden hacer mucho daño si sólo tienes un plato de Choco Krispis en la panza. Olvídate por supuesto, de mezclar bebidas durante una francachela, no pienses con “empezar” con cerveza y seguir con cubas, o tomar un trago de tequila si empezaste con micheladas, porque el efecto es devastador, como decía un cuate, puedes terminar cambiando de sexo.
4. La era actual. Después de varios años y con el cansancio de las diversas responsabilidades, ya saben, tener trabajo, llevar un hogar, etc., no puedes tomar ni siquiera una cerveza sin empezar a sentirte mareado. Tu cuerpo grita auxilio ante la posibilidad de emborracharte y te lo hace notar haciendo aparecer primero el dolor de cabeza antes que la sensación de ebriedad. La otra única bebida que soporta mi cuerpo, además de la cerveza, es el vino tinto, tomar algo más me provocaría congestión alcóholica además de que se detendrían mis funciones estomacales. El alcohol y yo entramos desde hace unos años a ésta que es la última etapa de la vida con él. Lo acepto con resignación y valentía. Por lo mismo, ya soy reteharto exigente, como dije antes, sólo tomo cerveza o vino tinto, y únicamente al calor del hogar, en compañía de mi mujer, con botanita o musiquita. Si es fuera de casa tiene que ser en algún lugar tranquilo que permita la charla, con jazz si se puede. Atrás quedaron los días de beber como cerdo, en el interior de un auto con miedo a que me cache la policía, o en un antro escandaloso donde tienes que gritar y tu bebida se evapora como el éter. Sí, no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después. ¿Ustedes en qué etapa andan?

domingo, 22 de marzo de 2009

Bésame, soy neurótico


Con temor de parecer discurso de entrega de premios, la neurosis es definida (en wikipedia, claro) como “trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado a las personas”. La página también menciona cómo muchas expresiones de arte están ligadas a la neurosis. Yo creo que el neurótico en el cine y en la TV es una fuente siempre prolífica de humor ácido y de excelentes momentos. Por ello decidí presentar algunos de mis neuróticos favoritos en riguroso desorden de importancia:

Cuando has tenido un día difícil, de esos en que Madalfa diría que lo malo de uno son los demás, no hay como ver al Dr. House (Hugh Laurie) para sentir que no estás sólo en tu odio contra la humanidad.




Ya habíamos hablado de este personaje en este bló. Melvin Udall (Jack Nicholson) tiene la habilidad de resaltar la estupidez de los demás en los mejores momentos.




El mundo animado también tiene a sus neuróticos, no hablemos ahorita de los que aparecen en Los Simpson, pero Jay Sherman es simplemente delicioso, ama tanto el cine que todas las películas le parecen basura.




No podía faltar en esta lista George Costanza (Jason Richards), el más neurótico de la neurótica serie Senfield.




Costanza es hijo putativo de Larry David su neurosis y el formato del programa Curb Your Enthusiasm nos hace olvidar que existe una línea entre la realidad y la ficción.




Y, por supuesto, como diría Ned Flanders, “ese muchacho nervioso” que aparece en todas sus películas, el maestro Woody Allen.


martes, 10 de marzo de 2009

El cine se hunde

¿Qué pasa con los grandes estudios de cine actualmente? No quisiera aguar la fiesta ni la euforia por el estreno de Watchmen, pero me gustaría señalar la grave crisis de creatividad por la que está pasando el cine, el gringo principalmente.

Claro, podrán decirme que no, que acaban de pasar los Oscares y ahí están las películas premiadas con Guión Original; y sí, tal vez a ese nivel se siguen realizando producciones propias. Pero ¿qué hay con el área de cine que está dedicada exclusivamente al entretenimiento? Me refiero a los blockbusters y al cine de dizque horror. De las películas por estrenarse este año no viene ninguna sola que sea producción original, todas están basadas en un cómic, libro o caricatura; son secuelas o precuelas, o ya en el colmo, “basadas” en una línea de juguetes. Si no me creen vean la lista:

- Terminator Salvation. De la franquicia Terminator.

- Transformers 2. Secuela, basada en franquicia ochentera.

- La era de hielo 3. Secuela.

- Land of lost. Serie de TV de los 60s (¿cómo olvidar a Chaka?).

- Harry Potter 6. Secuela basada en libro.

- G.I. Joe. Juguetes, franquicia ochentera. Y así por el estilo.


 En su obsesión por lograr ganancias multimillonarias, los grandes estudios únicamente quieren apostar por lo que les parece seguro y esto es lo arriba mencionado. Ya no se arriesgan en contar historias propias que puedan calar hondo en el imaginario colectivo y que se vuelvan referentes de la cultura popular. Terminator por ejemplo, nadie creyó en ese proyecto en su momento y a James Cameron le costó mucho llevarlo a cabo. Resultó tan exitoso que 25 años después tenemos Terminator Salvation. ¿Dónde quedó esa enjundia? ¿Cuándo habrá otra Volver al futuro? ¿Cuándo otra Gremlins, otra Cazafantasmas, otra Robocop?

 Y mención aparte merece el género de terror, parece mentira que ya sólo se hagan remakes de películas de los años ochenta, cuyos resultados casi siempre son más lights que las originales. Son otros países los que están tomando riesgos en el género y, desgraciadamente, sus éxitos son rehechos, descafeinados y pintados de rojo en Hollywood.

No hay tanto problema por nosotros, a final de cuentas conocimos las versiones originales de Jason y Freddy Krueger, y podemos ver los remakes para pasar el rato y palomear, pero ¿qué les depara a las nuevas generaciones? ¿En 20 años tendrán que ver el remake del remake de Halloween 3?

No sean gachos, grandes estudios, apuéstenle a crear historias originales, a final de cuentas, también es por el bien de su amada taquilla.

¿Ustedes qué opinan?

sábado, 28 de febrero de 2009

Mi affaire con Watchmen

Aviso importante: Este post se acaba de mudar al blog colectivo al que fui invitado a participar. Échenle un ojito, está muy bueno, horas y horas de sana diversión. A mis cinco lectores, no se preocupen, seguiré dándole por aquí. No extrañarán mis agudos comentarios.

lunes, 23 de febrero de 2009

Lunes en casa

Este fin de semana sufrí una infección en mi ojo derecho que me tuvo medio inutilizado. Así que vi los Oscares a medias, con hartas lagañas y nubes en el ojo. Estos estragos me vieron obligado a quedarme el lunes en casa y descubrí varias cosas:

1. La televisión matutina (como de 10 a 1 de la tarde) es una mierda.
2. El día se me pasa volando (y eso que mis pequeños monstruos se comportan como monstruos).
3. Al parecer, hago mucha falta en la chamba (je je).
4. Te baja mucho el estrés nada más el hecho de no tener que cruzar la ciudad (aunque a lo mejor es porque no me tuve que subir a una pesera del infierno).
5. El hecho de que tengas un ojo madreado suele ser tomado a chacota, no es como cuando dices que tienes gripa o fiebre. Es como cuando en la oficina dices que tienes cruda, en lugar de despertar conmiseración, la gente se burla. No hay bronca, sólo estoy señalando el detalle.
6. No hay tanto movimiento en el Facebook como yo creía ¿será que a la gente ya le gusta trabajar? No lo sabía porque en la oficina tengo restringidas las “Social Networking”. Irónico, por cierto, ya que trabajo en una empresa de comunicaciones.
7. Con todo, no me dio tiempo de leer un rato, ni de ver una película (porque mi ojo ya está mejor por cierto, gracias).
8. Que los amiguitos de mis hijos, los que viven por aquí, son una monserga, se la pasan tocando la puerta toda la pinche tarde.
9. Que no es el stress del trabajo lo que me hace odiar el Soriana. Realmente lo odio, es el peor de todos los supermercados; me hacen extrañar Gigante, que ya es decir.
10. Que me faltan hartos comics por leer. Tengo pendiente desde unos Marvel, unas ediciones de Dracula de Topps Comics y hasta algo de Neil Gaiman por ahí.
11. Que el mundo funcionaría mejor si todos pudieran tener un día extra de descanso de vez en cuando.

En fin, gracias por el desahogo y prometo postear asuntos menos personales en la próxima entrega.

domingo, 8 de febrero de 2009

Odio a los (dueños de) perros

Hace un par de años conocí a una de las faunas más ¿peligrosas? del género humano: los propietarios de perros. Mi familia y yo solíamos sacar a pasear a nuestra mascota unas tres veces al día, en muchas ocasiones yo lo hacía sólo. Aprovechaba esos momentos para pensar y en ocasiones me divertía viendo lo que hacía la perra Alubia, que era bastante bruta aunque tenía su carisma (ya contaré su historia completa en otro momento).
El caso es que al sacarla a pasear no me imaginé que iba a entrar en contacto con otros dueños de perros que viven por mi casa, que también es la de ustedes. Podríamos dividirlos en varias categorías:

1. El machín. Normalmente es un individuo que saca a pasear a un perrazo que se ve más fuerte que él, atado con arnés y toda la cosa. Cuando dicho animalón se acercaba a mi mascota (o viceversa) solían decir con risita irónica y cara de autosuficiencia “¿Es perrita, verdad?” Suelen basar su poderío económico o de dominio según es el tamaño del perro y su pene (el del perro, no el de ellos).
2. Los sociables. Pueden ser de cualquier sexo y edad, normalmente llegan a ti con su perro y pretenden saber cómo se llama el tuyo, qué le das de comer, etc. Acto seguido viene una retahíla de consejos que van desde lo que le puedes dar de comer (un huevo diario, en serio), hasta cómo cuidarle el cabello, anécdotas de su perro, etc. etc. Hay una línea muy delgada entre esta categoría y la que le sigue.
3. Las cursis. Mujeres de edad madura pa’arriba que tienen perritos falderos maleducados. Había uno en especial que cuando se topaba con Alubia no cesaba de acosarla en actitud jareosa, mientras tanto su dueña me bombardeaba con: “Ay, tu perra es su novia”, “¿Qué bonito, no?” “Ay, a mi marido no le gusta pasear a Perenganito (claro que no, ningún hombre en su sano juicio sacaría a pasear a una rata de ese tamaño, a menos que se quiera convertir en el hazmerreír de la cuadra)”. Esta variante suele tener tan maleducadas a sus mascotas que son ellas las que van caminando todo el tiempo tras el perrillo de marras y no al revés. Terminan literalmente persiguiendo al animal.
4. La sobreprotectora. Suelen ser señoras de la tercera edad que creen que cualquier otro perro (o niño) quiere hacerle algo a su perrito faldero. Lo que hacen normalmente es levantarlos cuando alguien se acerca.
5. El yosíséeducaralosperros. Nunca falta el mamila que, sin que le hayas preguntado nada, te dice cómo debes educar y llevar al perro. Un veterinario me decía “debes tomar la correa así (con ambas manos, pero separadas como 30 cm), corta y el perro debe ir de tu lado izquierdo (o derecho, vale madres); tú le debes marcar el paso”. Charros, como si en lugar de perro tuviera un robot o una especie de mascota militar; para empezar a mí no me gustaba llevar a Alubia con la correa, sí la traía conmigo pero sólo la amarraba en caso de emergencia. El chiste de sacarla a pasear era que caminara a su libre albedrío.

Son los tipos que se me ocurren hasta ahora, pero lo que tienen en común es cómo todos viven para su maldito perro, incluso me tocó ver a personas que llevaban más cuidados a los perros que a sus hijos, no puedo concebir cómo el dueño del perro se puede poner a platicar horas con otro cuando yo en muchas ocasiones (sobre todo en las noches), salía con la esperanza de que la perra cagara rápido para poder regresar a mi casa a dormir.
En realidad, no soporté el contacto con los amantes de los perros porque yo no puedo hacer que mi vida gire en torno a una mascota. Ya no hablemos de aquellos riquillos que viven para darles tratamientos de belleza, spas, los lleven a convenciones o hasta les den valium para que no se agiten (caso real, de oídas al menos). No cabe duda que entre más conozco a los hombres, más quiero a mi perro.

Ya Alubia, termina de una maldita vez, carajo.

miércoles, 4 de febrero de 2009

La tele que merecemos

Soy una compañía televisora y soy bien lista. Hace poco, los del Instituto Federal Electoral decretaron que no nos van a pagar sus anuncios que, por ley, estamos obligadas las otras compañías y yo a transmitir. ¿Pueden creer? Tenemos que transmitirlos ¡gratis!

Pero yo soy una televisora bien lista. Lo que hago para protestar es interrumpir los eventos televisivos, como el Super Tazón o el Oscar con bloques de esos estúpidos anuncios. Voy a lograr que mis espectadores, de cuyo número alto dependo para poder tener anuncios en horario triple A y poder obtener mis ganancias, le cambien a otro canal o le apaguen a la tele. Pude haber mejor hecho un bloque con esos anuncios del IFE y transmitirlos a las 3 de la mañana, para fastidiarlos a ellos en lugar de a mis televidentes, pero decidí seguir con mi berrinche.

De veras, soy una televisora rete bien inteligente.



Espera, creo que todavía queda algo allá abajo.

lunes, 2 de febrero de 2009

Mi coqueteo con Playboy

Oh sí, ya caí en el viejo truco de rescatar textos pasados para el blog. Sucede que mi intención original era la de no postear nada este fin de semana (así daré tiempo de que alguien más cuente que insulto de película le gusta más, me dije). Pero luego pensé que sería un desperdicio no escribir nada en medio de un fin de semana de tres días, sin embargo, después de mucho pensar me di cuenta de que no se me ocurría nada, así que aquí está la breve historia de este texto.
Hace algunos años, quise entrar al equipo de colaboradores de la revista Playboy, para ello mi propuesta fue la de una columna humorística, tratando de que fuera dirigida al público masculino. Por supuesto, como suele suceder en estos casos, y otros colegas no me dejarán mentir, entregué la que sería la primera columna, me dijeron que estaba muy bien, que sí se iba a publicar y hasta la fecha sigo esperando que se publique (por supuesto, mi mujer no se tragó el cuento de que tenía que comprar la Playboy para ver si ya la habían publicado). Así que aquí está la primera entrega, por supuesto que quien habla en ella , no soy yo sino un personaje ficticio:

Cuando era adolescente, quedé embelesado por las películas de Mauricio Garcés; a mis tiernos quince años decidí que ése era mi role model a seguir, ése era el tipo de vida que yo tendría cuando me emancipara de mis papás y viviera en mi propio departamento.
Claro, siempre he sido un fanático del cine, y por lo tanto hubo otros modelos que apelaron a mi sentido de
wannabe, como James Bond, por ejemplo. La vida de lujo, ¡las mujeres que conseguía!, y el hecho de que fuera experto en armas y en todo tipo de defensa le llegan a cualquiera. Lo malo es que si ésa era la parte del personaje a la que nunca tendría acceso, ya no hablemos de misiones internacionales para salvar al mundo libre o de autos que se vuelven submarinos.

Ni hablar, lo terrenal, lo que estaba al alcance de mi mano, era llevar una vida al estilo del maestro Garcés. Vivir en una fastuosa casa, con un fiel Luis Manuel Pelayo que se encargaría de las mundanas labores del hogar y de llevar mi agenda, la cual tendría cada día una voluptuosa Zulma Faiad (o alguien por el estilo) con la cual pernoctar “y otras cosas”.
Desgraciadamente, al llegar el momento de abandonar el hogar familiar, recibí mis primeras cachetadas de realidad, ya que mi presupuesto no me permitiría tener mi propia mansión en las Lomas, sino apenas un modesto departamentillo en la Agrícola Oriental con amplia estancia (o sea cocina y sala en una sola pieza), y una habitación con baño y vista a una azotehuela ajena.
Y qué esperanzas de tener un mayordomo Sócrates; ni siquiera podía costear a una ñora (que era conocida de la portera) que hiciera la limpieza del departamento una vez por semana.
El vivir publicando artículos y reseñas en oscuras secciones culturales de distintos medios, no me daba el roce social que yo necesitaba para ser invitado a eventos como cócteles, desfiles de moda y demás sofisticados lugares en donde podría conocer a mujeres como las que se ligaba el buen Mauricio; cuando mucho compañeras reporteras y estudiantes de arte y/o comunicaciones que en realidad iban a esos actos por el trago gratis. Aún así, si un encuentro de ésos hubiera podido tener el glamour de los de “Espérame en Siberia, vida mía”; éste se disipaba en cuanto llegábamos al umbral fodongo de mi casa.
Pronto me di cuenta de que el soltero real tiene que lidiar con la limpieza de su casa, mantenimiento, pago de la luz, gas, teléfono; compras en el supermercado. Por cierto, entre todas esas actividades tenía que encontrar un tiempito para escribir, de lo contrario no podría sostenerme. Después de todo ello, ¿quién va a tener energías de fantasear siquiera con seducir mujeres? Todo lo que quiere uno es dormir por espacios que duren más de cuatro horas.

La lección de esto es que uno no puede aspirar a vivir como en el cine, ni siquiera como en las películas mexicanas. Por último, un elemento más de realidad: la vida de stress me ha llenado de canas prematuras, al principio pensé que esto por fin me ayudaría a ser como el zorro plateado. Pero tonto de mí, para empezar tengo canas en toda la cabeza menos en las sienes, y Garcés debe ser el único canoso en el planeta que puede atraer mujeres. En mi caso es más bien al revés y la verdad es que no me atrevo a entrarle a los tintes; ya saben, los químicos.
Sólo me queda disfrutar de un vaso de Ron Raúl (no me alcanza para el coñac) de vez en cuando mientras veo una película de Mauricio Garcés en algún canal de TV para desvelados.

Me vi tentado a hacer algunas correcciones, pero la copié tal cual estaba. Ya me despido, pero antes dejo una de mis frases preferidas del viejo Mauricio: “Chicas, les traigo una excelente noticia: Ya llegué”.

sábado, 24 de enero de 2009

¿Cuál es tu insulto de película favorito?

Inmediatamente me viene a la memoria Buenos muchachos (Goodfellas) y cualquier diálogo que haya dicho Joe Pesci en aquel filme. Sin embargo, creo que mi favorito está en Mejor imposible (As good as it gets); no recuerdo con exactitud la escena, pero era más o menos así: Melvin Udall (Jack Nicholson) llega al restaurante donde suele comer pero una pareja está sentada en su mesa favorita. Al acercarse, el hombre está haciendo un comentario de tipo literario-intelectualoide y Melvin lo interrumpe para decirles: “La gente que habla con metáforas debería lavarme el vello púbico”.
Claro que la traducción literal del diálogo debería ser: “La gente que habla con metáforas debería lavarme la entrepierna (People who talk in metaphors oughta shampoo my crotch)”; pero la de arriba fue la que pusieron en los subtítulos de entonces y es la que yo prefiero, creo que es más efectivo el golpe así.



Así que la primera vez que la vi no podía parar de reír, me parece que es uno de los insultos más ingeniosos que nos ha dado el cine o un personaje neurótico. Creo que un insulto ingenioso no es necesariamente una grosería, puede ser un conjunto de palabras dichas en el momento y la entonación correcta. Normalmente la persona que lo dice debe estarse burlando de la poca inteligencia del insultado en un momento que debería ser políticamente correcto. Claro que estas apreciaciones no son de ninguna manera una regla. El insulto que de verdad le llega a cada quien tiene que romper con cualquier tipo de esquema.
De manera que aquí termina este breve post de hoy, invitando a sus cinco lectores a contestar ¿y a ti cuál es el insulto que más te ha gustado en una película?

P.D. Sé que habrá quien diga que me fusilo los temas de la página de la revista Empire. Sucede que hace 2 o 3 semanas vi ahí un post dedicado a los insultos en el cine, pero juro por mi madrecita santa que para entonces yo ya tenía la idea de hacer este humilde post. Deveritas deveritas.

sábado, 17 de enero de 2009

La tía May debe morir


Si te preguntara quién es el personaje más poderoso del universo Marvel, nombres como Hulk, Thor, Dark Phoenix o Magneto estarían entre los punteros de la lista. Sin embargo, nadie de ellos está cerca: el más poderoso de todos es la tía May (incluidos héroes de otros universos). Otros personajes icónicos han sido pasados por las armas, pero esta viejita de 90 años eternos sigue siendo un lastre para el Hombre Araña.
Hace una semana, uno de los blogs de la revista Empire alegaba que la tía May era el personaje más molesto del cine. Dicho post menciona cómo la acción y el ritmo en los filmes del Hombre Araña baja constantemente sólo para poder incluir una escena con la dulce ancianita dándole alguna lección de vida a Peter Parker. Lo mismo ocurre en los cómics.



Desde los primeros números del arácnido, dibujados por Steve Ditko, el héroe, o el joven Parker, debe dejar de perseguir metas importantes de su vida porque siempre debe cuidar a la tía de marras. Ésta, por cierto, nunca ha dejado de ser una escuálida y arrugada pasita, sin embargo ha sufrido infartos, secuestros, ha sido arrojada al vacío, se casó con el dr. Pulpo, ha dado varios paseos aéreos por los rascacielos de Nueva York de la mano de toda clase de villanos, envenenamientos de sangre, clonaciones, balazos, etcétera, etcétera; y sigue ahí, tan campante, al lado de su consentido sobrino Peter y con sus 90 años de siempre. ¡Por eso es la más poderosa de todos! Ni siquiera Hulk ha aguantado tanto castigo, por lo menos deberían ponerla al frente de la agencia SHIELD o fabricar un suero de súper soldado a partir de su sangre.

Lo que no entendemos es el porqué de la fijación de los escritores de mantener vivo a este personaje, recientemente se publicó en nuestro país la historia Un nuevo día, donde tras los acontecimientos de Civil War (en donde El Hombre Araña dio a conocer su identidad y por lo tanto, se convirtió en blanco fácil de matones), la tía May recibe un balazo que la deja al borde de la muerte (sí, otra vez). Naturalmente, el arácnido se pone como loco a buscar la manera de salvarla, acompañado de tortuosos monólogos en los que se rasga la vestidura, se culpa por el atentado, por todas las desgracias que le suceden a sus seres queridos y se lamenta de que nunca podrá ser feliz. Al final, Mefisto le ofrece salvar a la tía a cambio de sacrificar su matrimonio con Mary Jane. Así que, entre su esposa supermodelo y una viejita que lleva 50 años muriéndose, el Araña elige... ¡a la tía! quien lo seguirá consintiendo y tratando como idiota por quién sabe cuánto tiempo. Ahora, no sólo la tía May nunca recibió ese fatal balazo, el matrimonio de Parker y Mary Jane nunca pasó y por lo tanto, muchas otras cosas más. Y no es que el tiempo haya retrocedido ni nada, es... simplemente confuso. Por no mencionar el problema de entonces dónde diablos queda el Hombre Araña con el resto de los héroes Marvel con los que interactúa.

En ocasiones, y especialmente con personajes tan longevos como los superhéroes Marvel, es necesario darles un empujón que los haga madurar, le inyecte nueva vida a su cómic, y por lo tanto, les procure en bandeja de plata a los escritores un sinfín de posibles historias a dónde ir. Con el hecho de que la tía May vuelve a vivir, se le negó la posibilidad de todo esto al Hombre Araña y se le condenó a varios años de estancamiento hasta que a algún escritor se atreva a dar un paso que sacuda al personaje desde sus cimientos. Por ello, insistimos, la viejita de marras debe morir. ¡Liberen al Araña!

viernes, 2 de enero de 2009

El fin de la geekez


El ser un fanático de los comics y la ciencia ficción se está convirtiendo en una afición cada vez menos underground. No sé si sentirme feliz de que mucha gente comparta mis gustos; o de plano muy desilusionado. Antes éstos solían ser tópicos sólo para unos cuantos iniciados; ahora, tal vez gracias a la proliferación de tantas películas basadas en comics, ya son del dominio público. Para muestra un botón:
El año pasado, pude asistir a la Comic Con de San Diego para cubrir la información que ahí se iba a generar acerca de la película Watchmen (filme basado en una novela gráfica de Alan Moore y Dave Gibbons y que muchos consideran la mejor de la historia, pero eso será motivo de otro post). El día del regreso, yo, extasiado después de cuatro días de información visual, portaba con orgullo mi freakez y llevaba puesta la playera conmemorativa de Watchmen: color negro con la carita sonriente y su gota de sangre al frente, y en la parte trasera, el título Watchmen y la fecha de estreno (03/06/09); así llegué al aeropuerto de San Diego. Cuando pasé al área de seguridad previa a las salas de espera para abordar, después de que mis maletas pasaron por el aparato de rayos X, el policía que estaba a cargo me pidió mi pase de abordar. Lo vio, me lanzó una rápida mirada, y dándomelo me dijo: “aquí no dice que usted sea Ozymandias”. Yo me quedé con cara de juat por dos segundos, y luego no me quedó otra más que reír. Pero luego pensé: ¡hasta el guardia del aeropuerto sabe quién es Ozymandias!, o sea que ha leído o por lo menos sabe de Watchmen. Es el colmo, ¿qué pasó con aquella época en que sólo unos cuantos elegidos sabíamos de comics más allá de Superman y el Hombre Araña?
Porque ahora que viene dicha película resulta que todo el mundo es experto en Watchmen, en la obra de Alan Moore y otras novelas gráficas que antes eran únicamente para quienes teníamos gustos exquisitos. ¿Cómo voy ahora a conservar mi actitud desdeñosa por todo aquel que desconocía de autores, dibujantes, personajes e historias del universo de los comics? ¿El comic book guy de los Simpson es una especie en extinción? Tal vez tenga que buscar otra afición para poder volver a sentirme especial.

Inauguración

Los comics, el cine, literatura, cultura pop, etc. etc.; hasta las cosas reales y palpables tendrán lugar aquí. Claro, ésta es una manera de decir que este blog es "de todo un poco" pero en el momento de inaugurarlo (todavía en los últimos segundos del 1 de enero del 2009), es de lo único que se me ocurre que puedo escribir. Lo único que une a todos estos elementos, por ahora, es que son los que me obsesionan; sí a mí, sé que no soy nadie para opinar pero dispongo de este espacio. Así que si alguien da con él, bienvenido; esperen agudos comentarios y quejas. Je je.